miércoles, 25 de julio de 2012

CelesTina / Johana Nieto Valencia





             

 

CelesTina

 

CelesTina
Johana Nieto
Técnica: Acrílicos sobre papel acuarela
2mts x 1.50 mts


Si es de pensar en la incapacidad físico-humana para volar bajo una sensación deseosa de hacerlo, oníricamente nos sentiríamos aves. En la pintura “CelesTina” el cuerpo de una mujer siendo el lomo de un ave o una mujer desnuda acostada sobre un ave que de la vehemente sensación de éxtasis comienza a transmutar en ave, son dos posibilidades libres de interpretar, pero que llevan a lo mismo: una imagen leyenda y fantasiosa de lo humano en relación con la naturaleza.

Alas en tonalidades azules, pies y manos que en su extensión llegan a convertirse en plumas y el recorrido de roces blancos en todas las formas presentes en la pintura son claros signos evocadores de que allí hay aire, luz, pureza, vuelo y vida.

Brazos extendidos y un cuerpo suspendido en el aire (popularmente símbolo del libertad) y una mujer desnuda sin rostro dónde el único lenguaje es la entrega corporal a las cualidades del vuelo como lo son el movimiento, la fluidez y el dinamismo, son elementos a analizar, porque puede que tengan la respuesta del porqué el ave y la mujer se hacen uno solo.

Cabe preguntarse, ¿por qué es una figura femenina y no masculina? Para la sociedad y no equivocándose, la mujer es un prototipo de pureza, serenidad, delicadeza y tanto lo es que en la pintura facilita el vínculo visual con la elevación. Al realizar la fusión mujer-ave también se hubiese podido pensar en cualquier otra ave, pero es la guacamaya que con sus colores celestes y vitales hace la analogía perfecta de la difuminación de la figura con el cielo, además de ser un ave predilecta de la riqueza natural del país. El lomo azul de la guacamaya hace posible el hecho de que sea una mujer teñida de azul cielo, reforzando aún mejor el propósito de la pintura.

La desnudez también es un signo clave que alude al despojo de la materialidad para estar al nivel del cielo, de lo idílico.

Es importante recordar que el cielo desde nuestra infancia ha sido representado con el color azul, y que al igual que el agua tienen un valor universal ligado con la vida y que a la hora de mostrar un espíritu volátil no hay mejor manera que relacionarlo con el cielo.

Examinando la vista panorama, se pueden identificar arbustos como elementos escénicos, que junto con colores encendidos como la pluma roja central y los presentes en la cabeza del ave en sí, son índices de que ocurre una actividad de orden con la naturaleza.

Con una intención connotativa, el verdadero significado de la pintura no precisa en el simple vuelo del ave mujer. En “CelesTina” no es necesario ver el cielo para saber que hay vuelo, y mejor aún…. la mujer y el ave son el mismo cielo y hablan por él.

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